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La Honey Melon Kush Feminizada es una variedad 70% índica / 30% sativa. Los patrones de crecimiento son los típicos de las variedades índicas, y esta planta conserva su carácter compacto con una ramificación robusta y un follaje pesado. Los rendimientos son abundantes, con cogollos gruesos que alcanzan su plenitud en un periodo de 60 a 70 días desde el inicio de la floración.
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La Honey Melon Kush Feminizada ofrece el sabor que justifica su nombre. Una combinación afrutada de arándanos, uva y un toque de skunk brota de esta magnífica variedad. La Honey Melon Kush es un cruce de dos favoritas del público, la Blueberry y la Girl Scout Cookies. Los cogollos, maravillosamente compactos, están repletos de tricomas que cubren todas las superficies abiertas de los cálices masivamente hinchados. El aroma de esta flor añade otra agradable capa de complejidad al perfil general.
La Honey Melon Kush Feminizada es una variedad con predominio índica. Los cultivadores con experiencia reconocerán los rasgos índica en la estructura de la planta, y es una opción ideal para los cultivadores principiantes. Dada la clásica estructura índica de espacio internodal estrecho y abundante follaje, la Honey Melon Kush Feminizada aprovechará una defoliación regular pero ligera.
Es una variedad feminizada, por lo que los cultivadores no tendrán que identificar y eliminar ninguna planta macho, ahorrando tiempo y un valioso espacio en el jardín. Una vez iniciada la floración, la Honey Melon Kush Feminizada concluye en un plazo de 60 a 70 días.
La Honey Melon Kush Feminizada crece de forma compacta, pero la planta madura alcanza una altura media en su conjunto. En interiores no es raro que las plantas lleguen a medir entre 100 y 150 cm. Los cultivadores de exterior verán algunos centímetros más, en la mayoría de los casos algo por encima de los 150 cm. La ramificación cerrada y el pesado follaje hacen que sea una planta que necesita una circulación de aire adicional que penetre en la espesa copa.
Los jardineros que buscan maximizar la eficiencia del espacio de cultivo disfrutan de las semillas de Honey Melon Kush Feminizadas por sus gratificantes rendimientos XL.
En interiores, los jardineros afirman haber obtenido rendimientos de entre 500 y 550 gramos por m2. En exteriores, se ven números incluso mejores, con una producción que ronda los 600 gramos por planta. Las flores de la Honey Melon Kush se agrupan estrechamente en los tallos principales y a menudo crecen en cogollos gruesos y compactos. Los cálices hinchados sobresalen del cuerpo principal de cada flor, que está cubierto de tricomas brillantes.
Los cultivadores de exterior estarán encantados de saber que la Honey Melon Kush Feminizada prospera en climas continentales. Esta variedad también es apta para su cultivo en interior y en climas mediterráneos. Aunque los cogollos se vuelven voluminosos y pesados, las técnicas de entrenamiento estándar, como el SCROG, el SOG, el Supecropping y el Lollipopping, no suelen utilizarse cuando se cultiva esta planta.
La Honey Melon Kush Feminizada es un 70% índica, pero el 30% restante de influencia sativa emerge en el sabor y el aroma. Al igual que muchas variedades índicas populares, los efectos se sienten en todo el cuerpo, pero el inicio recuerda a las variedades sativas. Del mismo modo, se detectan notas terrosas de tendencia índica en el perfil de terpenos, pero éstas se sitúan por debajo de los aromas más refrescantes de las variedades sativas de olor dulce.
El inicio de los efectos de la Honey Melon Kush Feminizada se caracteriza por una sensación de hormigueo que desciende desde la coronilla hasta la punta de los pies. A medida que esto ocurre, un manto de euforia estimulante encapsula a los usuarios y los sumerge en un feliz viaje mental y corporal. La Honey Melon Kush alivia las preocupaciones del día y luego se dedica a relajar el cuerpo. Al final, unas vibraciones cálidas y relajantes envuelven el cuerpo para completar los efectos de esta fantástica y novedosa variedad.
Durante la etapa vegetativa del crecimiento, la presencia de olores en el jardín es mínima. La mayoría de los cultivadores no notan una presencia notable de aromas hasta que la Honey Melon Kush Feminizada pasa a la etapa de floración. Al principio de la esta fase, los olores son tenues, pero ganan fuerza gradualmente a medida que se forman los cogollos. Durante las etapas finales de la floración se pueden detectar en el aire suaves matices a cannabis. Si la privacidad es un asunto primordial, lo habitual es utilizar algún dispositivo de filtración de aire.
La Honey Melon Kush Feminizada irradia una tentadora combinación de terpenos que atrae a un gran número de aficionados. Los amantes de las sativas quedarán satisfechos con sus manifestaciones dulces y afrutadas que llenan el ambiente mientras se prepara la flor seca para su uso. Esta variedad presenta un bouquet más que dulce y afrutado, y los amantes de las índicas quedarán igualmente satisfechos. Bajo varias capas encontramos una base diferente, robusta y calmante, de terpenos terrosos, la cual persiste en el aire.
Los sabores de la Honey Melon Kush Feminizada representan las dos caras de sus variedades parentales. La influencia del linaje de la Blueberry es evidente en el apetitoso dulzor del arándano. A partir de ahí, esta delicia afrutada se complementa con una impactante esencia de sabores a caramelo y uva que burbujean en la superficie. Inclinándose más hacia la influencia de la Girl Scout Cookies, se aprecia un sabor ligeramente terroso, enmascarado por matices skunky, que redondea el acompañamiento de sabores que presentan los cogollos de la Honey Melon Kush.
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